Canibalismo casos reales..

{ Posted on 13:55 by Patricia Càceres }
"Yo no estoy loco… yo lo que quiero es comer gente"
(Dorancel Vargas Gómez, Caníbal)

-El canibalismo es el acto de alimentarse con seres o miembros de la misma especie y normalmente se refiere a humanos que comen humanos. Este terrible acto comúnmente se relaciona con situaciones de hambre extremas; por otro lado, también existen casos relacionados con crímenes, rituales o personas con problemas mentales.

El hecho de comerse a las personas siempre ha sido relacionado con varias tribus y etnias como: los aztecas, los indios del Amazonas y los pigmeos entre otras. Sin embargo, esta situación no solo se ha presentado en estas culturas, sino también en grandes civilizaciones.

Casos de Canibalismo Moderno:

Dorancel Vargas Gómez(Canibal) .



Una historia terrorífica, que demuestra como la pobreza y el hambre (por supuesto sumados a ciertos desequilibrios mentales), pueden llevar a un hombre al ejercer libremente el canibalismo en pleno siglo XX.
El puente colgante “Libertador”, se encuentra ubicado en las márgenes del río Torbes, en el Estado Táchira, a 750 kilómetros de Caracas, Venezuela.

El viernes 12 de febrero de 1999, tres jóvenes encontraron en las cercanías del puente, varios pies y manos humanos, escondidos entre escombros.
Inmediatamente dieron aviso al teléfono de Emergencia 171, de la Defensa Civil Táchira, quien inmediatamente mandó un grupo de investigación al lugar.

Confirmado el hallazgo, se hicieron presentes en el lugar funcionarios policiales quienes, en el transcurso de una nueva búsqueda, localizaron restos humanos parciales que resultaron ser una suma de entre diéz y doce cuerpos.

Una vez descartada la hipótesis de que pudiera tratarse de un área de liberación de cadáveres de alguna banda de narcotraficantes o de alguna secta satánica, se recurrió a las denuncias de personas desaparecidas.

Se pudo determinar la existencia de una serie de denuncias en la localidad entre noviembre de 1998 y enero de 1999 por lo que se procedió a rastrear la zona.

Fue entonces que se comenzó a especular la existencia de un asesino serial en la zona.

En una casucha fabricada con escombros en al área del Parque 12 de Febrero, localizaron varios recipientes que contenían carne humana y vísceras preparadas para el consumo, además de tres cabezas humanas y varios pies y manos, que, debido al avanzado estado de descomposición que presentaban, posteriormente fueron llevados a la morgue del Cementerio Municipal de “El Vigía”, en el estado de Mérida.

El dueño de dicho lugar resultó ser Dorancel Vargas Gómez, un mendigo bastante conocido en la zona, nacido en Caño Zancudo, estado Mérida, el 14 de mayo de 1957.
Cabe destacar que por algún error periodístico, su nombre fue cambiado a Dorángel.

Su arresto se llevó a cabo poco después por los detectives del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial con el apoyo de la Policía Montada, y fue trasladado a la casilla policial más cercana del Parque, en las afueras de Tariba.
Allí fue donde se produjo el interrogatorio preliminar que daría a la policía no pocas sorpresas.

“No me arrepiento de lo que he hecho, porque me gusta la carne y no soy el único, en diciembre compartí al vecino Manuel “pana” que era muy buena persona, y yo me dije, si es tán buen vecino tiene que estar bien sabroso. Total que hice unas empanadillas con él y las compartí con los conocidos que en todo momento alabaron la sabrosura del relleno. Quizá ahora piensen mal de mi, pero yo lo hice con la mejor buena voluntad del mundo, como recomienda la iglesia yo compartí mi pan, bueno en este caso al bueno de Manuel, pero al caso le hace lo mismo con otros tan necesitados como yo y ahora me veo prisionero. Yo por necesidad me veo metido en esta vaina, por todo cuanto robaron en esta nación que nos han llevado al hambre a miles de venezolanos, pero no me arrepiento, por que a pesar de todo, lo único que no me daba apetito eran las cabezas. Con las manos y los pies cuando más me apuraba el hambre yo me hacia una sopita con ellas y no desaprovechaba nada”.

Esta y otras declaraciones pusieron los pelos de punta al sargento de policía Gumersindo Chacón, encargado de la casilla, Dorancel no ahorró detalles sobre la manera en la que descuartizaba, sazonaba y cocinaba a sus víctimas.

“…los hombres saben mejor que las mujeres, saben recio como cochino salado, como jamón, da gusto comer un buen macho, las mujeres saben dulce como quien come flores y te dejan él estomago flojo como si no hubieses comido.”
Algunos detalles que declaró resultarían incluso jocosos de no ser tan espeluznantes:

“Nunca mataba hombres gordos, tienen mucha grasa y eso tiene mucho colesteról…”

Luego de que estas confesiones fueron realizadas, la prensa se hizo cargo de ellas y las publicó, y así fue como algunos vecinos, atónitos, empezaron a recordar detalles de la vida del mayor asesino en serie de la historia venezolana, según las autoridades.

Al parecer siempre vivió solo, y desaparecía largas temporadas paseando con una barra metálica, una especie de lanza, de un metro de largo.

Lo que nadie podía imaginar es que utilizase esa barra para cazar a sus víctimas, quienes se supone que eran indigentes de la zona y obreros que laboraban en las riveras del río Torbes recogiendo y transportando arena.

Tras cazarlos, los descuartizaba, guardaba las partes que se comía para cocinarlas y enterraba lo demás, que según sus declaraciones, “le producían indigestión”.

Una investigación sobre los antecedentes del Vargas reveló que este era su cuarto arresto, los dos primeros se dieron en El Vigía, años antes, por dos delitos menores: robo de gallinas y de ganado.
La verdadera sorpresa era que ya había sido capturado en una ocasión en el año 1995 por el mismo delito de “Canibalismo”.

Luego de permanecer aislado en la cárcel de Santa Ana, y por presentar desequilibrios mentales, fue trasladado al centro psiquiátrico de Peribeca, cerca de San Cristóbal, de donde logró escaparse.

Si bien una de las víctimas ya ha sido identificada como Francisco A. López, quién desapareció de su lugar de trabajo, situado en las proximidades del río Torbes, la Policía Judicial continua en estos momentos sus investigaciones para identificar los restos hallados y excavar en otros lugares en busca de nuevos restos.


·El caso de canibalismo grupal más conocido y que conmociono al mundo sucedió en 1972, cuando un avión con un grupo de jóvenes uruguayos se estrello en los Andes. Estos jóvenes se vieron obligados a consumir carne de los cadáveres de sus amigos para poder sobrevivir mientras los rescataban.



·Uno de los casos mas sonados de este siglo es el de Armin Meiwes, mejor conocido como "El Caníbal de Rotemburgo", quien descuartizo y devoro al ingeniero Bernd Jürgen Brandes. Lo más escalofriante de este caso fue que la victima estaba de acuerdo en ser comida, ya que eso era una fantasía sexual para él.




·En la Ciudad de México, agentes de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal entraron en un apartamento de la colonia Guerrero para detener a José Luís Calva Zepeda por su presunta complicidad en el homicidio de su novia. Pero al entrar al apartamento, los agentes se llevaron una macabra y horrenda sorpresa…

En la casa, los agentes encontraron el cuerpo descuartizado de Alejandra Galeana, la novia de José Luís Calva. El tronco estaba escondido en un armario, uno de los brazos de la victima estaba en una olla, también había restos de carne humana en una sartén sazonados con limón, una pierna en el refrigerador y varios huesos en una caja de cereal. Además, se encontró una novela escrita por el mismo José Luís Calva, titulada "Instintos Caníbales".


El ahora conocido como "El Caníbal De La Guerrero" intento escapar pero fue detenido por las autoridades. Durante el interrogatorio, confeso ser admirador del actor Anthony Hopkins por su papel del Dr. Hannibal Lecter en "El Silencio De Los Inocentes".


El Canibalismo en la Historia


-En el Antiguo Egipto, a finales del tercer milenio a.C. ocurrió una larga sequía que obligo a las personas a comerse entre ellas para poder sobrevivir. A este periodo se le conoce como "Años De Los Chacales".

También en la antigüedad, Atila, El Huno fue considerado uno de los caníbales más sádicos de la historia. Cuentan las historias que asesino a su hermano Bleda y se comió su corazón, también se dice que se comió a dos de los tantos hijos que tubo con sus muchas esposas.


Durante la conquista de América por parte de los españoles, los pueblos aliados y enemigos de Hernán Cortés se comían los cadáveres de los enemigos caídos, incluso llevaban sal a las batallas para cubrir con ella los cuerpos y así conservarlos para degustarlos mas tarde con sus familias.


En Norteamérica; auque no hay muchos datos sobre esta tribu, se cree los indios Anasazi también practicaban el canibalismo.


Finalmente, en 1809, en Nueva Zelanda la tripulación de 66 personas del barco "The Boyd" fue asesinada y comida por la tribu Maorí. Esto fue en venganza por el maltrato a un miembro de la tribu por parte de los tripulantes del barco.



Como se puede ver, el canibalismo ha existido a lo largo de la historia; sin embargo, hay algunos casos que han ocurrido en los tiempos modernos, los cuales son recordados por la sociedad actual.


Otros casos:

-Sawney Beane y su clan


Sawney Bean nació en el condado de East Lothian, a unos trece kilómetros al este de la ciudad de Edimburgo, durante el reinado de Jaime I de Escocia. Su padre se dedicaba a recortar setos y excavar zanjas, e inició a su hijo en la misma profesión. Durante su juventud, Sawney se ganaba el pan cotidiano con aquel oficio, pero como el chavalin era un poco vaguete, acabó pirándolselas de casa de sus padres y se trasladó a la parte deshabitada de la región, llevándose con él a una novia que tenia.
La pareja se instaló en una cueva, cerca de la playa del litoral del condado de Galloway; allí vivieron durante más de veinticinco años, sin ir a ninguna ciudad, pueblo o aldea.

En aquel tiempo tuvieron un gran número de hijos y nietos, a los cuales criaron de acuerdo con sus propios hábitos, sin la menor noción de humanidad ni de sociedad civilizada. Nunca tuvieron ninguna compañía, y se mantenían a sí mismos robando, no sin antes cargarse a la víctima. Gracias a este método sanguinario, y al hecho de vivir tan apartados del mundo, transcurrió mucho tiempo sin que fueran descubiertos; no habiendo nadie capaz de sospechar cómo se perdían las personas que pasaban por el lugar donde ellos vivían. Depués de haber asesinado a un hombre, una mujer o un niño, transportaban el cadáver a su madriguera, y allí lo descuartizaban y después se lo comían; éste era su único alimento; y a pesar de que llegaron a ser tan numerosos, normalmente tenían un exceso de aquella repugnante comida, de modo que amparados por la oscuridad nocturna, solían arrojar al mar piernas y brazos de las víctimas, procurando hacerlo a una gran distancia de la cueva en que vivían; aquellos miembros eran devueltos con frecuencia por el mar a la playa, en diversas partes de la región, para asombro y terror de los que los descubrían, y de otros que oían hablar del macabro hallazgo.

Las desapariciones se hicieron tan frecuentes, que provocaron un acojone general en toda la región. La alarma fue en aumento, ya que no se podía viajar con seguridad por las proximidades de la madriguera de aquellos malvados. Fueron enviados espías a aquellos lugares; la mayoría de ellos no regresaron, y los que lo hicieron, después de llevar a cabo minuciosas investigaciones y pesquisas, no pudieron dar con las causas de aquellos misteriosos sucesos.

Varios viajeros fueron detenidos como sospechosos y ahorcados erróneamente con el apoyo de alguna prueba circunstancial. También fueron ajusticiados varios posaderos, sin otro motivo que el de haber alojado en sus posadas a algunas personas que posteriormente habían desaparecido sin dejar rastro. Se sospechó que habían asesinado a aquellas personas en sus establecimientos y enterrado después los cadáveres en lugares donde no resultara fácil descubrirlos. La justicia se ejerció con la mayor severidad imaginable, a fin de evitar aquellas frecuentes y atroces hazañas; hasta el punto de que muchos posaderos que vivían en la zona occidental de Escocia, abandonaron sus negocios, temiendo correr la misma suerte, y buscaron otras ocupaciones.

Esto, por otra parte, ocasionó muchos inconvenientes a los viajeros, que ahora encontraban grandes dificultades de alojamiento para pasar la noche. En pocas palabras, toda la región quedó casi despoblada.

Sin embargo continuaban produciéndose desapariciones de súbditos del rey, de modo que todo el mundo llegó a admirarse de que pudieran producirse semejantes villanías sin que sus autores fuesen descubiertos. Ni uno solo de los que habían sido ejecutados confesó su culpabilidad en el patíbulo; por el contrario, afirmaron su inocencia hasta el último minuto. Cuando los magistrados comprobaron la inutilidad de aquellas medidas, renunciaron a sus procedimientos rigurosos y confiaron en la suerte para la resolución de aquel horrible misterio.

La familia de Sawney, entre tanto, continuaba creciendo, y cada uno de sus miembros, cuando la edad se lo permitía, ayudaba en la medida de sus fuerzas a perpetrar los horribles crímenes, que seguían impunes. A veces atacaban a cuatro, cinco o seis viajeros al mismo tiempo, pero nunca a más de dos si iban a caballo; eran tan precavidos, además, que tendían dos emboscadas, una delante de la otra, para evitar que alguno de los atacados pudiera escapar, si se había librado de los primeros asaltantes.

El lugar en el cual habitaban era completamente solitario y, cuando subía la marea, el agua penetraba en una extensión de casi doscientos metros en su vivienda subterránea, que tenía casi dos kilómetros de longitud; de modo que la gente armada que fue enviada a investigar ni siquiera se había fijado en la cueva, incapaz de imaginar que algún ser humano pudiera resistir en semejante lugar de perpetuo horror y oscuridad.

El número de asesinatos cometidos por aquellos salvajes no llegó a conocerse nunca con exactitud; pero se calculó que en los veinticinco años que duraron sus fechorías habían lavado sus manos con la sangre de un millar de hombres, mujeres y niños, como mínimo.
Su descubrimiento tuvo lugar en 1435 en las siguientes circunstancias: Un hombre y su esposa, montados en el mismo caballo, regresaron un atardecer a su hogar, después de haber visitado una feria, y cayeron en la emboscada de aquellos desalmados asesinos, que se lanzaron furiosamente sobre ellos. El hombre se defendió valientemente con espada y pistola, derribando a algunos de los asaltantes.

En el transcurso de la lucha la pobre mujer cayó del caballo, e inmediatamente fue asesinada ante los ojos de su marido, ya que las mujeres caníbales la degollaron y empezaron a chupar su sangre con tanto placer como si fuera vino; después le abrieron el vientre y le sacaron las entrañas. El horrendo espectáculo hizo que el hombre redoblara sus esfuerzos por defenderse, sabedor de que si caía en manos de sus enemigos correría la misma suerte.

Quiso la suerte que mientras luchaba desesperadamente se presentara un grupo de veinte o treinta hombres que había estado en la misma feria; y ante partida tan numerosa Sawney Bean y su sanguinario clan decidieron retirarse a su madriguera, cruzando un tupido bosque.

El hombre, que era el primero que salía con vida de una emboscada del clan de Beane, contó a los recién llegados lo que había sucedido y les mostró el cadáver de su esposa, que los forajidos no habían podido llevarse. Todos quedaron estupefactos y horrorizados ante su relato; le llevaron con ellos a Glasgow y pusieron el asunto en conocimiento de los magistrados de la ciudad, los cuales informaron inmediatamente al rey.

Tres o cuatro días más tarde, Su Majestad en persona, con un ejército de cuatrocientos hombres, salió para el lugar donde se había producido la tragedia, a fin de registrar el terreno palmo a palmo, tratando de localizar a aquellos seres diabólicos que desde hacía tanto tiempo venían siendo tan nefastos para las regiones occidentales del reino.

El hombre que fue atacado era el guía, y se llevaron también un gran número de sabuesos, no omitiendo ningún medio humano que pudiera conducir a poner fin a aquellas crueldades. Sus primeras pesquisas resultaron infructuosas; no consiguieron encontrar ninguna vivienda, y a pesar de que pasaron por delante de la cueva de los malvados, no le prestaron atención y continuaron su exploración a lo largo de la playa, ya que la marea estaba baja en aquel momento. Por fortuna, algunos de los sabuesos entraron en la madriguera, e inmediatamente estalló un espantoso coro de ladridos, aullidos y gruñidos; de modo que el rey, con sus ayudantes, volvió sobre sus pasos y examinó la entrada de la cueva, sin concebir que en un lugar donde sólo se veía oscuridad pudiera ocultarse algún ser humano. No obstante, al ver que el griterío de los perros iba en aumento, y que se negaban a salir de la cueva, empezaron a imaginar que alguien debía vivir allí. En consecuencia fueron en busca de antorchas y un numeroso grupo de hombres se aventuró en la caverna, a través de las más intrincadas vueltas y revueltas, hasta que por fin llegaron a la recóndita cavidad que servía de vivienda a aquellos monstruos.

El espectáculo que se ofreció a la vista de los soldados fue algo que ninguno de ellos podría olvidar mientras viviera. Piernas, brazos, manos y pies de hombres, mujeres y niños colgaban en ristras, puestos a secar; había muchos miembros en escabeche, y una gran masa de monedas de oro y de plata, relojes, anillos, espadas, vestidos de todas clases y otros muchos objetos que habían pertenecido a las personas asesinadas.

La familia de Sawney, en aquella época, se componía de él mismo, su esposa, ocho hijos, seis hijas y, como frutos incestuosos, dieciocho nietos y catorce nietas.

Todos fueron encadenados por orden de Su Majestad. Los soldados recogieron todos los restos humanos que pudieron encontrar y los enterraron en las arenas. Luego cargaron con el botín que habían reunido los asesinos y regresaron con sus prisioneros a Edimburgo.

Sawney Bean y los miembros de su familia no respondieron por sus crímenes ante ningún tribunal, ya que se consideró innecesario juzgar a unos seres que se habían mostrado enemigos declarados del género humano.

Los hombres fueron descuartizados; les amputaron brazos y piernas y los dejaron desangrar hasta que les sobrevino la muerte al cabo de unas horas. Después de haber sido espectadores del justo castigo inflingido a los hombres, la esposa, las hijas y los nietos fueron quemados en tres hogueras distintas. Todos aquellos malvados murieron sin dar la menor señal de arrepentimiento; por el contrario, mientras les quedó un hálito de vida, profirieron las más horribles maldiciones y blasfemias.





Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Canibalismo
http://www.crimenesperfectos.com/?p=50
http://www.grupoese.com.ni/2002/04/05/crrMMII0405.htm
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=144087&id_seccion=5
http://chainsaw.iespana.es/sawney.html

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