172 NIÑOS VÍCTIMAS DE LUIS ALFREDO GARAVITO

{ Posted on 14:52 by Patricia Càceres }
Se trata del seguimiento investigativo más importante que se ha hecho en Colombia en ese tipo de delitos. Puso a prueba la capacidad del CTI y de las fiscalías seccionales para la recolección de evidencias, análisis de pruebas técnicas y de criminalística y el trabajo interdisciplinario de la entidad.

El 24 de junio de 1998 los cuerpos de tres niños de 9, 12 y 13 años fueron hallados sin vida en la finca La Merced, en Génova (Quindío), con evidentes signos de tortura y desmembración de algunas de sus extremidades. Los menores fueron vistos por última vez cinco días antes en el parque central del municipio en compañía de un adulto, quien al parecer les ofreció dos mil pesos a cada uno para que le ayudaran a buscar una res en fincas cercanas a Génova.

Este fue el caso que dio inicio a la alarmante ola de desapariciones de niños en más de 11 departamentos del país, y por la cual se creó una Comisión Especial de Investigadores de la Fiscalía General de la Nación. La complejidad de la investigación exigió el diseño de una estrategia que puso a prueba toda la capacidad humana, técnica y científica del CTI.

En un comienzo se orientó la investigación hacia la prostitución infantil, el satanismo, el tráfico de órganos y pedofilia. Con base en un cruce de información entre el CTI de Tunja, Armenia y Pereira se logró establecer que los casos de desaparición de menores en esas ciudades guardaban similitud, ante lo que se conformó un álbum con 25 fotografías de posibles sospechosos.

Además, los investigadores conocieron la ocurrencia de hechos similares en los departamentos del Meta, Cundinamarca, Antioquia, Quindío, Caldas, Valle del Cauca, Huila, Cauca, Caquetá y Nariño, Por ello se convocó en julio de 1999 una cumbre en Pereira con todos los fiscales y equipos científicos e investigativos comprometidos con cada uno de los casos.

En dicha reunión se logró detectar que en la mayoría de las escenas de los crímenes de niños se hallaron elementos comunes: fibras sintéticas de ataduras, bolsas plásticas, botellas y tapas de bebidas alcohólicas.


EL RESPONSABLE


Mediante el cruce de información entre los diferentes equipos investigativos, se estableció que una de las fotografías del álbum con el nombre de Bonifacio Morera Lizcano correspondía a Luis Alfredo Garavito Cubillos, persona sobre quien pesaba una orden de captura de la Fiscalía 17 Especializada de Tunja por el homicidio de un niño de 12 años de edad.

El 22 de abril de 1999, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía capturaron en Villavicencio a Luis Alfredo Garavito Cubillos, en momentos que intentaba agredir sexualmente a un menor. Su plena identificación se logró mediante cotejo dactiloscópico.

Gracias a las pruebas recogidas por la Fiscalía y a su propia confesión, Garavito Cubillos resultó ser el responsable no sólo de la muerte del menor de Tunja sino también del homicidio de los tres niños de Génova y de otros 172 crímenes cometidos contra menores en 11 departamentos del país, entre 1992 y 1998.


ASESINO EN SERIE


Luis Alfredo Garavito nació en Génova, Quindío, el 25 de enero de 1957. Es el mayor de siete hermanos y durante su infancia vivió la falta de afecto y el maltrato físico por parte de su padre. Según su testimonio fue víctima de abuso sexual.

A sus 44 años, fue declarado por los investigadores y jueces como un asesino en serie. Hace dos años cuando fue capturado confesó ser el autor de la muerte de 140 niños en distintas regiones del país, pero a la fecha la Fiscalía lo investiga por el homicidio de 172 niños en su paso por 59 municipios del país.

En repetidas ocasiones, Garavito Cubillos se hacía pasar por vendedor ambulante, monje, indigente, discapacitado y representante de fundaciones ficticias en favor de niños y ancianos era conocido también como “Alfredo Salazar”, “El Loco”, “Tribilín”, “Conflicto” y “El Cura”.

Las víctimas de Garavito eran niños entre los 6 y los 16 años, de bajo estrato económico. Los abordaba en los parques infantiles, canchas deportivas, terminales de buses, plazas de mercado y barrios subnormales. Según lo establecido les ofrecía dinero y los invitaba a caminar hasta cuando los menores se cansaban y eran atacados en sitios despoblados.

De acuerdo con la investigación, en esos lugares los cuerpos sin vida de los menores fueron encontrados degollados, mutilados y con señales de haber sido amarrados. En las residencias de su compañera y de una amiga en Pereira se encontraron objetos similares a los hallados en los sitios de los crímenes y publicaciones periodísticas en las cuales se reseñaba el estado de las investigaciones por desapariciones y homicidios de niños en el país.


SEIS IDENTIFICACIONES POR ADN


El hallazgo de las osamentas, en su mayoría completamente deterioradas y fragmentadas, complicó las labores de identificación de las víctimas y exigió de inmediato un cotejo genético que proporcionara resultados exactos. En ocasiones, sólo se encontraban - en el lugar donde Garavito enterró a sus víctimas - un fémur, un cráneo, o huesos de distintos cuerpos humanos.

La primera tarea del recién creado Laboratorio de Genética Forense de la Fiscalía General de la Nación fue la de realizar un estudio de identificación especializada con base en muestras de sangre y restos óseos de las supuestas víctimas de Luis Alfredo Garavito. Dicho estudio se realiza cuando la identificación no se obtiene por la carta dental, el estudio de Medicina Legal, dactiloscopia o el estudio antropológico.

El Laboratorio, que inició sus labores en 1999 precisamente con el caso Garavito, asumió el reto de trabajar 62 actas de NN’s, conformadas por 195 piezas óseas distintas. Hasta la fecha se han recibido 86 muestras de sangre que corresponden a 47 grupos familiares. De las 62 actas han sido analizadas 42, resultando seis exitosas. Cada estudio demora entre cuatro semanas y seis meses.

Gracias al cotejo genético se logró la identificación de las víctimas de Luis Alfredo Garavito: Juan David Marín Vélez, Jeison David Vélez, Carlos Andrés Zapata Giraldo, Jairo Andrés Marulanda, Oscar Adrián Grisales y Jonnatan Quirama Uchima. En los últimos meses han llegado para estudio restos óseos de posibles víctimas de Garavito, pero el Laboratorio no cuenta con nuevas muestras de sangre para conseguir el cotejo genético.

Aunque el ADN se encuentra en las células de cualquier tejido, 34 de esas actas no se han podido estudiar plenamente debido a las difíciles características que presentan las piezas óseas para su análisis.

Así mismo, 93 de los niños han sido identificados por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, mientras que 82 cuerpos permanecen como NN’s.

De los 172 casos judicializados, 138 tienen fallo condenatorio, 32 están en instrucción, uno en apelación y uno está para sentencia. Las condenas suman 1.853 años y nueve días.

Con este caso, la Fiscalía General de la Nación sentó un precedente en el campo de la investigación criminal con la individualización y condena a quien organismos judiciales internacionales consideran el segundo homicida en serie del mundo.
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